Ningún Pibe nace chorro

24/10/2014

Con esa consigna se efectuó el jueves 22 de octubre la Marcha de la Gorra, de Capital a La Plata, para protestar contra la violencia institucional y para pedir que se democraticen las fuerzas de seguridad.

En la marcha los reclamos se dirigen contra la violencia institucional que sufren las capas más vulnerables de la sociedad. Y la preocupación central está en una de sus consignas: “no somos peligrosos, estamos en peligro”. Este punto de partida que tomamos tiene indudable relación con el crimen de Luciano Arruga en 2009, porque no solo es un crimen horrendo, sino que es un ejemplo de la complicidad policial con el crimen organizado. Es notorio que la fuerza policial tenía un interés claro por sobre Luciano.

Sin embargo, el punto fundamental de esta marcha es la multiplicidad de delitos por violencia institucional. Entonces, cabe mencionar la discriminación policial que se manifiesta contra los más humildes, contra quienes se ejerce todo el poder represivo y la violencia institucional que de él se emana.

Esta cultura represiva y discriminatoria está instalada en las fuerzas policiales y en el Servicio Penitenciario de la provincia.

Es primordial, para garantizar los reclamos explicitados en la marcha, comprender que la desigualdad y el maltrato deben ser combatidos con la democratización policial, para que el ciudadano pueda garantizar el buen obrar de las fuerzas de seguridad. Desde este punto es imprescindible abordar esta temática que nos parece muy importante en la Provincia de Buenos Aires, con la preocupación por los distritos del Conurbano, donde está la mayoría de las villas y los asentamientos.

Es importante mencionar que con la urbanización se avanza en términos de igualdad, pero hay que tener las herramientas para controlar al poder policial. Debemos tomar el reclamo de la “marcha de la gorra” y profundizar el debate sobre cómo llevamos a un punto de mayor igualdad y justicia en el trato de las fuerzas policiales para con la sociedad.

Por último, creo muy importante señalar que las organizaciones sociales y políticas cumplen un rol fundamental en la promoción y defensa de los Derechos Humanos -lo cual revitaliza la democracia- y en la capacitación y el conocimiento de los procedimientos policiales, para ya no tener más Lucianos Arrugas, como nos decía su madre; también en instalar en la sociedad la consigna “Ni un pibe menos, nunca más”, como también se dijo en la marcha.

Joaquín Martucci

Juventud PSol – Provincia de Buenos Aires