Preservar el modelo nacional es garantizar el trabajo

15/05/2014

Si bien estamos lejos de años que fueron en total detrimento de la industria argentina, cuando se dejó más que claro que los intereses de algunos grupos concentrados eran más importantes que el bienestar de toda una sociedad, es increíble visualizar que hoy vuelven al ruedo algunos actores de ese “circo” que nos vendió la fantasía que un dólar valía un peso, y que “todo x 2 pesos” era la mejor alternativa de inversión para un emprendedor.

Recuerdo los centros comerciales de los barrios llenos de negocios donde nada tenía la etiqueta de Industria Argentina, solo etiquetas verdes, solo productos importados.

Claro que era la fiesta de la desocupación y del deterioro social más importante de los últimos 60 años, donde la flexibilización laboral y los $150 de jubilación mínima pasaban desapercibidos para algunos.

Y mientras una parte de la sociedad perdió de vista todo a cambio de un microondas, otra parte salió a pelear fuerte en contra de tan grande violación al derecho al trabajo, la vida digna, la educación, la jubilación.

Para qué detallar que después vino todo lo que vino: corralito, desestabilización social, emigración de muchos compatriotas –incluidos científicos, profesionales, pensadores, artistas, filósofos- buscando mejores horizontes, y fuga de capitales, para engrosar aún más el gran deterioro económico y social de 2001.

Después de lo que hemos vivido, no tenemos duda de que esta última ha sido una década ganada.

Esta década nos devolvió el orgullo nacional, nos devolvió la industria, la cultura, la educación, el poder adquisitivo. Volvió a poner en las góndolas alimentos argentinos, en las calles automotores y motos nacionales, puso en valor los puntos turísticos argentinos, nos comunicó con nuevas rutas nacionales y provinciales, volvió a poner en valor el sistema de transporte de cargas, nos permitió proyectar, programar. Este modelo nacional demostró que Argentina es un país industrial -el potencial industrial se lo dan los empresarios que apuestan al país invirtiendo sus capitales-, y dignificó al sector obrero.

Hemos logrado en estos años generar valor agregado y venderle al mundo no solo productos primarios sino también bienes de capital de alto contenido tecnológico.

Aunque nos quieran imponer que esto es “un ciclo terminado”, debemos ser fuertes y tener la convicción de que este modelo debe continuar, y los empresarios, los artistas, los emprendedores y los actores políticos debemos garantizar su continuidad, porque preservar el modelo es preservar el trabajo, es preservar la dignidad, es mantener prendido el motor del crecimiento.

Mariano G. Hiebra, empresario, dirigente PSol San Isidro