Por Alejandro Cimiotta, PSol Zárate
El despido de 600 trabajadores de lo que sería la obra de una nueva central nuclear, Atucha III (la cuarta del país), viene a sumarse a la ola de despidos que viene azotando nuestro país y particularmente nuestra región, que hasta hace apenas unos meses vivía una realidad de casi ocupación plena, con un índice inferior al 3% de desocupación.
A estos despidos debemos sumarle la situación en la siderúrgica Siderca, que constantemente amenaza con sumar trabajadores a las filas de desocupados; el despido de la totalidad de los trabajadores de la firma Contreras, quienes reparaban las vías del ferrocarril y aducen que todavía tenían seis meses más de obra; y la latente posibilidad de que continúen fuertemente los despidos en la central nuclear y siga paralizada la obra pública, además de varias empresas privadas que ante el actual escenario socio-político amenazan a sus trabajadores con despidos.
Las políticas públicas neoliberales que impulsa el gobierno de Mauricio Macri llegaron de forma brutal y el impacto en nuestra ciudad puede ser muy importante, no solo desde el drama de cada familia de los despedidos de las grandes empresas, sino por el daño directo que provoca el desaceleramiento de la inversión en obra pública en la enorme cantidad de pequeñas y medianas empresas que se dedican a brindarles productos y servicios a las grandes.
Pensemos unos instantes y grafiquemos la actual situación:
Con 600 despedidos, son aproximadamente 2.400 personas las que verán disminuidos bruscamente sus ingresos, personas que no podrán mantener el nivel de consumo, es decir no podrán comprarle en la misma medida al almacenero, al carnicero, etc.
Si a esto sumamos la quita de subsidios, el aumento brutal de las tarifas de los servicios públicos, y el aumento de los productos de la canasta básica, indudablemente se generará un combo explosivo que redundará en incumplimiento de compromisos que otrora se honraban holgadamente, entre ellos posiblemente estén desde las cuotas de los electrodomésticos hasta los de préstamos hipotecarios para adquirir sus hogares. Desde allí nos paramos para diagnosticar que de continuar con estas políticas, el pueblo y el país todo retrocederá dramáticamente en términos de los derechos y conquistas sociales alcanzados en los últimos años.
Cabe destacar que respecto de la central nuclear, la “pesada herencia” recibida por el gobierno de Cambiemos (caballito de batalla para justificar los daños que generan a la población sus propias políticas) son los contratos entre el Estado argentino y la República Popular China para la construcción de dos nuevas centrales nucleares, proyectos que garantizarían trabajos continuos por más de 12 años.
Este modelo de búsqueda del equilibrio fiscal a cualquier costo contempla un aumento de la desocupación en pos de hacer tender a la baja los salarios para que tenga lugar el tan mentado enfriamiento de la economía. De esta manera, la política de despidos se revela como un plan absolutamente planificado.
Ante esta situación, tan alarmante para nuestra pujante ciudad, la UOCRA se declaró en huelga y movilización permanente y el gobierno municipal junto a otros actores políticos y sociales se ha puesto en pie de lucha. En tal sentido, el pasado 2 de marzo se llevó a cabo una sesión especial autoconvocada en el Honorable Concejo Deliberante de Zárate, donde se aprobó por unanimidad una resolución de los concejales en repudio a los despidos. A su vez, se acordó por ordenanza la conformación de un observatorio de monitoreo del empleo con dependencia funcional en la Dirección de Relaciones Laborales de la Secretaría de Gobierno de la Municipalidad.
Por otro lado, se estableció el pedido de audiencias a los ministros de carteras nacionales como Trabajo e Interior y Obra Pública, al Jefe de Gabinete y a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, a los efectos de ponerlos en conocimiento de la realidad local y solicitarles que se expidan al respecto.
En fin, toda nuestra comunidad se encuentra movilizada por esta situación en mayor o menor medida.
No obstante esto, el ministro de Energía de la Nación se da el lujo de faltar sin aviso a las reuniones solicitadas para dar luz sobre el tema, lo que deja a las claras el desinterés del actual gobierno nacional respecto de los problemas reales y concretos de la población, particularmente la de nuestra ciudad.
Lamentablemente, como preveíamos, la revolución de la alegría será solamente para unos pocos.