Por Carlos Grande
La provincia de Buenos Aires perdió 43.000 puestos laborales en el sector privado registrado (en blanco) durante 2019, y fue la segunda con mayor destrucción de empleos del país después de la CABA, acaba de informar el Ministerio de Trabajo de la Nación.
El dato revela el grave daño social de las recesivas políticas neoliberales aplicadas por Cambiemos en los últimos años y replicadas en la provincia por la ex gobernadora María Eugenia Vidal.
Así, junto al derrumbe de los salarios el número de asalariados registrados del sector privado bonaerense disminuyó en diciembre pasado un 2,2% con respecto al mismo mes de 2018. Es decir, en una de las provincias más ricas del país perdió su empleo formal uno de cada 45 trabajadores.
90 mil menos
Desde enero de 2017 la gestión de Vidal vio desaparecer 90 mil puestos laborales en blanco: los trabajadores privados bonaerenses llegaban a casi 2 millones, pero tres años después no alcanzaban a 1,9 millón.
Esa caída se observó especialmente en sectores industriales, de la construcción y comerciales, por lo que no debe sorprender el fortísimo incremento de los niveles de pobreza e indigencia en Buenos Aires.
Una triste realidad que casi no tiene excepciones en los 135 municipios de la provincia, aunque es claramente visible en los barrios más humildes del Conurbano o el Gran La Plata. De allí que el gobierno del Frente de Todos haya puesto como prioridad, junto a la emergencia alimentaria, las políticas activas para apuntalar la actividad económica y el empleo.
El “huracán Vidal” desatendió la educación, la salud y el bienestar de los bonaerenses, incrementó la desigualdad y asumió una deuda hoy impagable, pero también arrasó industrias, comercios y PyMEs de todo tipo hasta llevar el desempleo a niveles intolerables.
