Nos acercamos al 30ª aniversario del conflicto bélico de Malvinas que significó un momento dramático para nuestra sociedad, pero a la vez una situación crítica clave para el fin de ciclo del más oscuro periodo de nuestra historia como lo fue sin dudas la dictadura cívico militar.
Esto ocurrió hace 30 años, en 1982, pero debemos considerar que para esa época la Argentina llevaba más de un siglo, con discontinuidades, de reclamos y demandas ante la Corona británica y Organismos Internacionales, especialmente desde la creación de la ONU y fundamentalmente en el Comité de Descolonización.
Porque precisamente Malvinas es una verdadera rémora del viejo y anacrónico colonialismo, unos de los 16 enclaves coloniales que aún permanecen en el mundo,12 de los cuales están bajo la órbita de Gran Bretaña.
Hace 30 años, durante el conflicto bélico se puso en clara evidencia el mapa político internacional y especialmente latinoamericano de la época, por un lado el claro rol de las alianzas imperialistas, con EEUU y toda la OTAN apoyando abiertamente las acciones belicistas de Gran Bretaña, y por el otro lado la ausencia de una verdadera unidad e integración latinoamericana, que salvo el decidido apoyo fraternal de Cuba y también del Perú, en general la mayoría de los países hermanos titubearon o no tomaron una postura solidaria , siendo el papel del Chile pinochetista el más mas deleznable con su apoyo estratégico a los intereses imperialistas.
Una década después, en los 90, una verdadera década perdida en nuestro país, y también en nuestra política exterior, con las políticas menemistas del paraguas, las relaciones carnales, el ingreso al primer mundo y hasta el absurdo del envío de regalitos a los Kelpers. Allí sin dudas, retrasamos varios años en la historia de la recuperación de soberanía.
Desde 2003, Argentina con una política decidida y consecutiva en busca de la construcción de consensos y solidaridades internacionales contra todo colonialismo y por la recuperación de las Malvinas, en un marco de paz pero y de debate franco sobre la cuestión soberana, ha venido cosechando una significativa adhesión a estas políticas y esto determina un claro cambio de situación en el marco de las relaciones internacionales.
Sin perder de vista el alto significado geoestratégico y económico de Malvinas, ya sea por sus recursos petroleros, sus recursos ictícolas, los derechos emergentes de la plataforma submarina, etc. las islas constituyen sin dudas un alto objetivo en las políticas de defensa estratégica y de unidad de todos los países de América latina y del Caribe. En todo esto debemos revalorizar fuertemente el amplio sentido del cambio de época.
Ahora, como signo de los nuevos tiempos, aparece un gran compromiso latinoamericano, en particular el rol de la Unasur y de la recientemente creada Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) , y de todo el arco de países solidarios con la noble causa anticolonialista que proyectan con claridad los ideales de San Martin y Bolivar, y más acá en los tiempos, los sueños de Salvador Allende y el Che de una América Grande Unida, Libre Justa y Democrática.
Desde nuestra tradición solidaria en línea con la coherente política exterior de nuestro Gobierno expresamos:
NO a las flotas militares en América Latina.
NO a las bases militares.
SÍ a la soberanía plena en el marco de una América Latina y el Caribe unida, ejemplo para el mundo de territorio de paz.
Partido Solidario de la provincia de Buenos Aires.