Lo que está en disputa

13/04/2021
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Por Carlos Grande

ContraEditorial | Opinión

 

En tiempos de mentiras continuadas del aparato mediático, como estrategia política orientada al retorno del modelo neoliberal conservador, las fuerzas progresistas contamos con amplias bases populares y sólidas organizaciones unidas para construir un país más justo, solidario, igualitario e independiente.

Este año electoral plantea un desafío mucho más profundo que la mera renovación de los cuerpos legislativos. Estamos ante la oportunidad de aportar a la construcción de una democracia participativa, mediante un proceso que supere los mecanismos formalistas, delegativos y autoritarios que reducen la participación ciudadana sólo al ejercicio periódico del voto.

Desde el Partido Solidario (PSol) proponemos para ello avanzar en la consolidación de una cultura política que se nutra de las tradiciones liberadoras de nuestra Patria y de la Patria latinoamericana. Se trata de recuperar y renovar haceres y saberes que permitan nuevos modos de leer y transformar la realidad.

 

Tendencias

No podemos desacoplar nuestra visión del contexto planetario. La fase actual del sistema a nivel mundial es el capitalismo financiero. La tendencia de los mercados y las mega empresas a alcanzar dimensiones globales que sobrepasan las fronteras nacionales, es la característica de esta etapa.

Estas formas de acumulación financiera llevan a la máxima concentración del capital, condicionan y finalmente limitan el desarrollo de las fuerzas productivas de los países. Dicho de otro modo, monopolios extranjeros y oligarquías locales captan cada vez más áreas y beneficios, y desplazan a las PyMEs locales, al punto de llegar a su destrucción.

Por estas razones es necesario superar un modelo que se ha evidenciado en aguda crisis. Millones de hombres y mujeres de nuestro país padecen las consecuencias de este inequitativo sistema: los trabajadores (registrados o no) y los pequeños y medianos empresarios; los que viven en barriadas populares y los sin techo; los pequeños comerciantes, los cuentapropistas y los profesionales.

Salvo una minoría privilegiada, desde los sectores más vulnerados hasta las capas medias sufrieron y sufren las consecuencias de la aplicación de las políticas neoliberales, que buscaron clausurar el acceso de las grandes mayorías a los bienes de consumo, la educación, la salud, la cultura, la vivienda y los empleos de calidad.

La Provincia de Buenos Aires, y en particular el Conurbano, muestran palmariamente estas desigualdades. El actual gobierno de la Provincia está dando un fuerte giro, tras encontrar un Estado endeudado y un sistema de salud devastado.

La desinversión en educación afectó a los salarios docentes y los edificios escolares. El abandono de los planes de vivienda e infraestructura acentuó los problemas sociales. La falta de políticas económicas orientadas al crecimiento provocó mayor pobreza e indigencia. Y terminó agudizando el delicado problema de la inseguridad ciudadana.

Debido a esto, y al posterior golpe de la pandemia de coronavirus, la recuperación económica y social avanza a un ritmo menor al esperado, De todos modos, si las políticas públicas de 2020 permitieron amortiguar la profundización de la crisis, en 2021 se abrieron claras señales de mejora, tanto en los aspectos materiales como particularmente en el sanitario, vacunación mediante.

Precisamente, la instrumentación de la vacunación masiva, la inversión en obra pública, los programas de asistencia social orientados a la inclusión y los instrumentos para la reactivación económica, son claras demostraciones del rumbo del Gobierno del Frente de Todos, que integramos como fuerza fundadora.

Muchas de estas políticas han encontrado una fuerte resistencia en los sectores empresarios concentrados. La más clara expresión de ello es la fuerte resistencia que expusieron los titulares de los principales holdings industriales, de servicios y agroexportadores, en rechazar la ley del Aporte Solidario de las grandes fortunas.

La alta inflación, en mercados con pocos y poderosos formadores de precios, es otra muestra de las armas que usan las corporaciones para aumentar sus ganancias y sus posiciones dominantes.

Afirmamos que estas son las manifestaciones explícitas de la verdadera disputa, que se centra en el modelo de acumulación y distribución. Del mismo modo que la persecución judicial de los líderes populares busca reforzar un cerrojo sobre las aspiraciones de cambio de las grandes mayorías.

Aportes

Construir una sociedad profundamente fraternal, igualitaria, democrática y de plena justicia requerirá de una militancia decidida. En ese plano, procuramos insertarnos día a día a favor del cambio de paradigmas, a partir de una naturaleza específica que se manifestó en los últimos 15 años de luchas populares.

No está de más recordar que el PSol nació en 2007 como continuidad de las luchas del Movimiento Cooperativo Argentino, reivindicando sus valores y principios. Asumimos desde entonces el compromiso de ser partícipes activos en la construcción de otro país. Este origen es valioso como identidad y también por la acumulación de experiencia, que permite aportar desde otra perspectiva, a la edificación de una nueva sociedad.

Desde esa experiencia como movimiento social, cultural y político, nuestro Partido se suma a las fuerzas populares de distintos orígenes y trayectorias, que bregan a diario por afianzar criterios organizativos y reinventar estilos de gestión gubernamental. Porque entendemos al Estado como promotor y garante de los derechos ciudadanos y como impulsor de una nueva democracia participativa.

Alentamos un Estado que luche contra su propia historia, de ser instrumento de dominación, de opresión y de exclusión; que se transforme para transformar a la vez la realidad cultural, económica, social, política, institucional y organizacional de nuestro pueblo, reconstruyendo el tejido social destruido.

Un proyecto de profundización, extensión y enriquecimiento de lo público, que permita el respeto de los derechos humanos, las garantías individuales y los derechos del ciudadano.

En definitiva, queremos tender puentes entre las luchas del pasado (desde los logros radicales y peronistas del siglo pasado, hasta la reciente experiencia kirchnerista), las exigencias del presente y las demandas de un mejor futuro. Por eso participamos en el Frente de Todos con nuestra propia impronta y con la firme convicción de aportar a la construcción y consolidación del bloque histórico que sea capaz de transformar la realidad para todos los habitantes de nuestra Patria y de nuestra América.

Nota publicada en ContraEditorial el 13/04/2021