Los traidores del sueño argentino

26/02/2018

Por Carlos Grande

Como si estuviéramos en una novela de Orwell, a diario quieren borrar la historia de nuestra gente, de los derechos conquistados, la historia de un pueblo que siempre pudo ponerse de pie ante las adversidades.

El voto del presupuesto con una inflación del 10%, que una vez votado dicen que por error creen que subirá al 15% y el ya acumulado esta rondando el 25%, es el inicio de una historia paritaria que quiere disciplinar al movimiento obrero y en particular a los docentes de la provincia de Buenos Aires y sus representantes sindicales.

Las semanas de febrero estuvieron signadas por las incertidumbres provocadas por un debate entre quienes desean la dignidad de una de las profesiones más nobles y sensibles -que es construir ciudadanos responsables y participativos- , con la sorda y monocorde contraparte de un gobierno que en spots muestra palabras esperanzadoras pero, en las acciones, favorece la irracionalidad de los que más tienen, de los privilegiados de siempre; postergando en sus políticas a las inmensa mayoría.

Tenemos otra idea de país y tenemos otra idea de Provincia; porque sabemos que la Provincia de Buenos Aires es hoy la nacionalización y el escenario de los conflictos. Los docentes sabemos de resistencias, de esperas y esperanzas, porque trabajamos en esos espacios, vencemos las resistencias de construir conocimientos, en esperas, esperas del otro que se transforman en la alegría de las esperanzas.

Hoy, estas esperanzas y esas alegrías se ven vulneradas. El anuncio del cierre de las escuelas de las Islas, es un atropello a los derechos ciudadanos, a la constitución de los argentinos y de los bonaerenses.No contentos con esto clausuraron 39 escuelas rurales y 4 escuelas dependientes de vialidad nacional.

Esto está en un profundo contraste entre los deseos de generaciones que vieron en la escuela y la formación, la construcción del sueño argentino de la promoción y movilidad social, pero para el gobierno y la Dirección General de Escuelas, los alumnos son solo un número, parte de un inventario. Esa es la mentalidad de quienes nos gobiernan la de pensar la gestión del Estado como una empresa de amigos y familia, donde los números no dan ellos cierran, lo mismo para Ferrobaires pero eso será parte de otro capítulo de las resistencias compartidas.

Escuelas, alumnos, maestros, sociedad, todo constituye la argentinidad. Si Sarmiento estuviera entre nosotros, lo primero que haría, como viejo rezongón es patear el trasero de quienes nos gobiernan, funcionarios cubiertos por una cáscara de finos ropajes y guardando sus mentiras, en las redes y los medios de comunicación.

Entre las escuelas del Delta, una la fundó el propio Sarmiento, y allí está también la que fuera su casa, cuidada entre vidrios para que el paso del tiempo nos recuerde quien creyó que con la educación laica, gratuita y obligatoria podemos hacer un país mejor.

El cierre de estas escuelas no es más que una demostración del desprecio que el gobierno y el poder tienen por los derechos construidos y ganados a través de la historia, esta breve nota no es más que seguir construyendo resistencias, el desafío docente estará en construir paralelamente la pedagogía que nos libere de la caverna en la que los fantoches nos quieren hacer creer cómo es realidad.

Haré propia las palabras de Machado, diciendo:

Argentino que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Argentinas
ha de helarte el corazón.