Tiempo Argentino | Opinión
Por Carlos Grande
Las transformaciones que propone el Frente de Todos, desde la vereda opuesta de la trágica experiencia de cuatro años de neoliberalismo, se expresan en múltiples frentes. Los intentos más visibles son los ligados a las emergencias socioeconómicas de todo tipo: el hambre, la deuda, la recesión, la desinversión estatal, el desplome de los salarios públicos. Esos déficits comenzaron a revertirse desde el primer día de gestión. Pero casi de inmediato, a esas urgencias se les sumaron las más dramáticas de la pandemia de coronavirus.
Tanto el gobierno nacional como el de la provincia de Buenos Aires demuestran enfoques y decisiones orientados a trascender la coyuntura con un matiz democrático y de reequilibrio de poderes.
Es otra sociedad la que se alienta, alejada de los paradigmas tradicionales sustentados por las ideologías conservadoras y de derecha. Frente a esto, los medios masivos de confusión, ligados a los grupos concentrados, realizan denodados esfuerzos por ocultar o tergiversar las medidas gubernamentales. Un caso evidente es el del ámbito educativo, y más precisamente el universitario.
Altos estudios
Hace pocas semanas, en medio del aislamiento social, preventivo y obligatorio, el gobierno nacional dio una clara señal de sus prioridades al anunciar el Programa de Inversión en Infraestructura Universitaria, que se extenderá hasta 2023.
El plan incluye 63 nuevas obras en 47 universidades nacionales para ampliar la cobertura y mejorar el sistema, en beneficio de más de un millón y medio de estudiantes. Luego del estado de virtual abandono de las casas de altos estudios en 2015-19, se prevé una inversión de $ 9.600 millones a partir del financiamiento internacional del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Las obras ya se desarrollan, en los casos en que la pandemia lo permite, en universidades de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de 19 provincias: Buenos Aires, Catamarca, Chubut, Corrientes, Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, San Luis, San Juan, Santa Fe, Tierra del Fuego y Tucumán. Ello implicará, en conjunto, la generación de 3.500 empleos directos y otros 10.000 indirectos.
Hay pocos ejemplos tan diáfanos de respuesta a la necesidad de apuntalar la educación pública, tan despreciada anteriormente, en la convicción de que el destino de las naciones está directamente vinculado al desarrollo del conocimiento y a su difusión mediante dispositivos científicos y tecnológicos.
Como docente de vocación y profesión, además de dirigente de un partido fundador e integrante del Frente de Todos de la provincia, creo pertinente detallar una información prácticamente inédita (ocultada, en realidad, por los medios hegemónicos). Se trata de lo estipulado como inversión para 20 casas de altos estudios ubicadas en el territorio bonaerense, con sedes en 35 municipios, y a las que asisten hoy unos 330.000 estudiantes.
-Arturo Jauretche (Florencio Varela): $ 74 millones. Obra nueva en el edificio de Ciencias de la Salud.
-Avellaneda: $ 241,5 millones. Ampliación y construcción de las aulas del tercer piso de la sede Piñeyro.
-Del Centro (Olavarría): $ 168,5 millones. Ampliación y refacción de aulas y talleres en la Facultad de Ciencias de la Salud.
-Del Noroeste (Pergamino): $ 195,6 millones. Obra nueva en aulas y laboratorios del anexo Monteagudo.
-Del Oeste (Merlo): $ 230 millones. Obra nueva en la Escuela de Ciencias de la Salud.
-Del Sur (Bahía Blanca): $ 107,9 millones. Obra nueva en el edificio del departamento de Derecho.
-General San Martín: $ 227,9 millones. Refacción y/o terminación de la torre de laboratorios e investigación -TDA.
-General Sarmiento (Malvinas Argentinas): $ 237,9 millones. Ampliación y construcción de aulas, talleres y laboratorios.
-Hurlingham: $ 366,9 millones. Refacción y/o terminación para la ampliación de la capacidad áulica.
-José C. Paz: $ 174,9 millones. Refacción y/o terminación del edificio aulario y terminación del comedor universitario.
-La Matanza: $ 97,4 millones. Restauración y/o puesta en valor de la sala multifunción del cine-teatro-auditorio.
-La Plata: $ 140 millones. Refacción y/o terminación de edificios B y C (Grupo Bosque Este) y laboratorios para investigación y trasferencia.
-Lomas de Zamora: $ 32,8 millones. Sistema de alimentación eléctrico alternativo para aulas de las cuatro facultades.
-Mar del Plata: $ 62,8 millones. Ampliación de aulas, laboratorios y talleres del Complejo Universitario Manuel Belgrano.
-Moreno: $ 153,7 millones. Obra nueva para aulas en el Edificio Dorrego II.
-Quilmes: $ 108,9 millones. Ampliación y refacción del pabellón central y aulas generales en la sede ubicada en Bernal.
-San Antonio de Areco: $ 28,9 millones. Ampliación de aulas en el segundo piso del edificio de la sede de Baradero.
-Tecnológica Nacional (Bahía Blanca): $ 68,2 millones. Refacción y/o terminación de la refuncionalización de la sede (etapa 4).
-Tecnológica Nacional (Morón): $ 121,5 millones. Obra nueva de aulas y laboratorios en la Facultad Regional de Haedo.
-Tres de Febrero: $ 131,5 millones. Obra nueva de la sede ubicada en Wenceslao de Tata (etapa 4) y completamiento de obra.
La salida
Mejor formación, más trabajo, más ingresos, un creciente consumo popular y cada vez mayor autonomía en la toma de decisiones, frente a los dictados regresivos de los holdings empresarios locales y del exterior (y sus representantes políticos y mediáticos) serán hitos de un rumbo asentado en el derecho a la educación.
El acceso a los estudios no puede quedar limitado a las élites, ni subordinado a reglas de mercado que excluyen a las mayorías.
Esos conceptos contrastan, evidentemente, con la posición de quienes llegaron a preguntar en público: “¿Es de equidad que durante años hayamos poblado la provincia de Buenos Aires de universidades públicas cuando todos los que estamos acá sabemos que nadie que nace en la pobreza en la Argentina hoy llega a la universidad?” (célebre frase de María Eugenia Vidal pronunciada ante el Rotary Club bonaerense en mayo de 2018).
No puede sorprender que durante la gestión de la ex gobernadora no se haya inaugurado ninguna universidad nacional bonaerense. En rigor, diez de esos establecimientos fueron creados durante las presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
Fue una decisión política durante esos períodos, y lo sigue siendo hoy, que casi 4 millones de jóvenes bonaerenses (y muchos más en el resto del país) tengan un horizonte educativo que los incluya. Y que el Estado invierta para ese fin es una muestra de que asume el desafío de construir la igualdad social a través de la educación pública, gratuita y de calidad.