Un conjunto de Universidades bonaerenses abrió sus puertas para integrarse al plan de vacunación y además de sus actividades educativas realizan análisis clínicos en laboratorios, testeos de diagnóstico y teleseguimiento de pacientes. También producen insumos médicos y hasta armaron hospitales de campaña y centros de aislamiento en sus instalaciones.
“Esas entidades académicas tuvieron que acondicionar sus edificios, implementaron diferentes acciones de logística y sumaron voluntarios —docentes, auxiliares, estudiantes, egresados de enfermería y medicina— para vacunar a los vecinos”, destacó el profesor Carlos Grande, presidente del Partido Solidario de Buenos Aires, en encuentros virtuales con directivos de varias de esas casas de altos estudios.
Las acciones solidarias se vienen desarrollando en distintas Universidades del Gran Buenos Aires. Las de Tres de Febrero (en sus espacios de Caseros y Villa Lynch), La Matanza, La Plata, Florencio Varela, Lanús, General Sarmiento, Luján y José C. Paz. También en la Universidad Provincial de Ezeiza y en las sedes de Morón, Berisso y Pacheco de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
En el interior bonaerense, en tanto, se destacan los casos de las Universidades nacionales de Bahía Blanca, Mar del Plata, del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (en Junín) y del Centro (en Tandil).
“Las universidades públicas en Buenos Aires, y en todo el país, son parte de la acción del Estado en favor de cada comunidad, mucho más allá de la formación de estudiantes. Lo relevante es el marco superador del triste período de desfinanciamiento y ataques basados en prejuicios neoliberales durante la gestión de Cambiemos”, resaltó Carlos Grande, el titular del PSol bonaerense.
Ponderó, por otra parte, “la reciente aprobación, por parte del Ministerio de Salud de la Nación, de los proyectos de las Universidades nacionales de La Plata y de Hurlingham para el cultivo, investigación y producción del cannabis sativa con fines terapéuticos o medicinales”.
Grande recordó que en 2017 se aprobó la Ley 27.350, que otorgó “un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor de la planta de cannabis y sus derivados, garantizando y promoviendo el cuidado integral de la salud”.